El Cinturón Principal de Asteroides, ¿posible candidato?
El Cinturón Principal de Asteroides, ¿posible candidato?
Hasta hace unos pocos años, pensábamos que solamente los cometas presentaban hielos, los cuales se volatilizaban al acercarse al Sol y provocaban el despliegue de esas sobrecogedoras colas de polvo que observamos. Pero un día, de pronto, un objeto que no debía tener cola la tuvo. Se trataba de un asteroide: a diferencia de los cometas, los asteroides no tienen hielos y están formados de roca y polvo, por lo que no se activan, es decir, no desarrollan colas como los cometas.
Muchos de estos asteroides se encuentran en una región extremadamente estable entre Marte y Júpiter, en lo que se conoce como Cinturón Principal de Asteroides. Se pensó que la activación de aquel objeto se debió a un impacto fortuito con otro asteroide, y el tema se dio por zanjado. Pero pocos años después, justo cuando el cuerpo pasaba otra vez por su perihelio (punto más cercano al Sol) se volvió a activar, mostrando nuevamente una cola de polvo.
Esto no podía ser casualidad, de modo que se descartó que los impactos fueran la causa de estas activaciones. Se plantearon varias hipótesis y se llegó a la conclusión de que la sublimación de hielo de agua (paso del estado sólido al gaseoso sin pasar por el estado líquido cuando se calientan) era la causa más probable para explicar estos fenómenos. Se trataba por tanto de un híbrido entre cometa y asteroide, un objeto único en su especie. Pero poco después otro objeto de ese Cinturón de Asteroides se activó, y luego otro, y otro, hasta un total hoy día de unos 15 catalogados: esta nueva clase de objetos son los llamados "Cometas del Cinturón Principal". Lamentablemente, estos son muy tenues, se activan sin previo aviso y por muy poco tiempo, lo que hace que sea tremendamente complicado medir la proporción de deuterio e hidrógeno para determinar si son ellos los causantes de que la superficie de nuestro planeta este repleta de agua líquida.
De momento, aún queda mucho por investigar, pero esta nueva familia de objetos podría ser la clave para explicar la causa de que nuestro planeta sea, hoy día, la fuente de vida que es.